¡Hola amores! ¿Qué tal el fin de
semana? Yo siento haber estado desaparecida, estuve con mis amigas en
Valencia y claro, no paramos ni un momento.
Hoy terminaré de hablaros del viaje a
Sicilia, a ver si así acabo de convenceros de que la visitéis.
El tercer día decidimos hacer una
excursión por las islas de alrededor. En concreto visitamos Levanzo
y Favignana; dos pequeños enclaves en el Mar Tirreno que no podían
ser más encantadores. Aguas turquesas, pueblecitos llenos de color,
gaviotas y una tripulación divertidísima fueron nuestros
acompañantes. En el barco pudimos disfrutar de unas vistas
magníficas, baños en mitad del mar y una típica comida siciliana.
El día fue intenso, agotador, pero repetiría la experiencia sin
pensármelo dos veces.
Para ese día mi look no es nada del
otro mundo: bikini de Oysho, levi's vintage y gorrito para protegerme
del sol fueron la apuesta segura.
El último día dejamos los bikinis de
lado y nos fuimos hacia el interior de la isla. Durante el viaje
vimos viñedos y tierras de cultivo; paisajes típicos que, bajo la
cálida luz veraniega, me hicieron pensar en las colecciones de Dolce
& Gabanna del pasado verano (que le voy a hacer siempre sale esta
parte friki de la moda en mí jeje).
Por fin llegamos a Segesta. Se trata de
una antigua ciudad griega, que después pasó a manos de los romanos
y más tarde estuvo controlada por señores feudales durante el
medievo. Cada uno dejo su aportación arquitectónica haciendo del
recinto un lugar único. Pero sin duda lo más impresionante es el
templo griego, uno de los mejores conservados del mundo. Allí, en
medio de la naturaleza mediterránea, frente a sus enormes columnas,
parece que el tiempo se hubiera detenido.
Para este tipo de turismo escogí un
vestidito fresco de Primark, cangrejeras plateadas de Zara y un
maxibolso de Day&day. Nada complicado ni llamativo, pero sí muy
cómodo y fresquito.
¿Qué os ha parecido? Espero que os
haya gustado.
Avec amour.
Mar.